El nuevo Director se presenta

El nuevo Director no sabe nada de arte
Un director de museo tiene una gran responsabilidad en sus manos. En un museo se atesoran verdaderas obras de arte, objetos de un valor incalculable y piezas delicadas. Aparte de velar y preservar porque todo lo que habita un museo, ya sea de manera permanente o de forma itinerante, este profesional tiene que gestionar presupuestos y personal.
Será una persona experimentada con una amplia formación. Entre sus funciones principales destaca la capacidad de supervisar las exposiciones y colecciones del museo en el que trabaja. Para ello tiene que asegurarse de que todos los detalles estén cuidados. Tiene ante sí una gran obra, valga la redundancia: cuidar de las obras.
Empezará por planificar y desarrollar el plan presupuestario anual. Perfilará el programa artístico a un año vista y buscará aumentar la colección de objetos del espacio cultural. Va a manipular las piezas de arte y mantener un registro de las mismas. En este sentido, el director de un museo es lo más parecido a un buen gerente. Junto a su equipo va a encargarse de las contrataciones de personal (Recursos humanos) y de darles seguimiento. Va a planificar los eventos educativos o culturales que se den en el museo. Distribuirá los fondos aprobados para los proyectos y abogará por la preservación de toda la colección, buscando cómo aumentar los fondos de capital. Va a tener una estrecha relación institucional con la Administración local, regional o estatal para lo que participará en reuniones estratégicas.